La Fortaleza del Maestro Esteban Castillo
Entrar al taller
de Esteban Castillo, es conocer la obra de un gran artista que ha asumido el
Arte como parte de su vida. Desde niño, sus juguetes fueron los lápices de
colores que le permitieron crear paisajes imaginarios de gran colorido.
Pero es a los 14
años, es que asume ese gran proyecto de vida. De la mano del maestro José
Requena muy pronto va a centrarse en lo que quiere. Un aprendizaje de gran velocidad
y ya deja esa pintura costumbrista para desarrollar la serie “Las Máquinas”.
Expone, gana premios y un breve viaje a los Estados Unidos donde va a descubrir
otras tendencias del arte.
Una transitoria
estadía en Caracas, para partir en octubre 1967 a París. Allí visita galerías y
museos. Todo le era familiar; los sitios donde se reunían los pintores, los
cafés, las obras de arte. Comienza a trabajar, progresivamente, se aleja de la pintura
gestual y emprende a ordenar su obra. La geometría, las progresiones y los
volúmenes. Londres 1969.1972. Obras en volúmenes; obras en relieve en blanco y
negro. Tres años en esa urbe.
Regresa a París
las progresiones programadas. “El Homenaje al Tangram”. Obras de gran colorido.
Gran producción, trabaja, modifica los grabados, los interviene. Encuadra las
serigrafías realizadas en París. Realiza un gran mural años 2007 a 2009. Trabaja,
expone. Se almacena de marcos, pinturas, pinceles, bastidores, que son obras en
potencia, para, luego convertirse en bellas creaciones.
Claro, que es una
Fortaleza, con obras de todas las épocas, las cuales esperan silenciosas,
cuentan una historia, no literaria, cuentan la vivencias de un hombre , de un
artista que ha vivido de la manera más integra para realizar su obra.
Hoy, silencioso,
encerrado en sus pensamientos, en una fortaleza de laberintos, está allí,
caminando por esos recovecos, pero fiel a él mismo. Es su Fortaleza que él ha
construido para mostrarnos, como se ha erigido a través de los años.
Tuve el honor de
visitar su taller.
Beatriz Welicowich